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Crónica de la excursión a Ademuz

14 - Junio - 2012 en cicloturismo

Relato de otro día más para el recuerdo. Montalbana, Cerro Calderón, Las Emes y Santa Cruz de Moya fueron los colosos de una jornada marcada por la afluencia de muchos Rodadores.


9 de junio. Otra de esas fechas señaladas en el calendario. Otro madrugón con precedentes. A las 06:30 estábamos unos cuantos Rodadores puntuales a la cita en la Plaza de San Roque.

Esta vez, se superaron de nuevo las expectativas, y entre socios e invitados nos movilizamos 31 personas a Ademuz, superando incluso la experiencia del año pasado en Villar de Tejas. El llamado Grupo A se dirigió a Tuéjar, tal como estaba previsto. Los más veteranos hicieron una versión reducida de la etapa, tomando la salida en Aras de los Olmos. Fue una grata sorpresa contar con ellos en esta excursión.

Si algo hay que destacar por encima de todo es la cortesía de nuestro queridísimo Manolillo, Manuel Pérez para más señas. Al igual que en 2011, cuando nos acompañó en la excursión de Albentosa; nos faltan calificativos para agradecer como se merece a Manolo la inestimable ayuda que nos prestó a todos en una etapa en la que él contribuyó como nadie a que fuera muy especial.

Ya en Tuéjar, montamos nuestras bicicletas, y posamos para las fotografías de rigor. El gran protagonista, como no podía ser de otra manera, fue nuestro queridísimo Juanito. Si esto no fuera un blog de cicloturismo, sino un cuento para niños, bien podría comenzar este capítulo de la siguiente manera: “Érase un pequeño hombrecito tan despistado, tan despistado… que ya desde que era jovencito se separó de su sombra”. Pues bien, en esta ocasión, el pequeño hombrecito se superó a sí mismo, dejando a la altura del betún al mismísimo Pedro Delgado en Luxemburgo. No sólo salió tarde, sino que… ¡se equivocó de camino! Mientras todos transitábamos por las primeras rampas de la Montalbana, caímos en la cuenta de su ausencia. Pese a sus reducidas dimensiones, se nota cuando no está. Le llamé por teléfono y, para mi sorpresa, ¡estaba yendo al Embalse de Benagéber! Para quienes no conozcan la zona, simplemente les diré que es algo similar a querer viajar de Valencia a Barcelona y equivocarse tomando dirección a Málaga. Lo dicho, los genios son así.

El grupo se fraccionó entre quienes querían dar candela y quienes no podían seguir ese ritmo o decidían tomarse la etapa con más tranquilidad. Manolo y yo fuimos de estos últimos. ¿Para qué cansarse más de la cuenta cuando puedes estar charlando con los amigos? Como curiosidad, parece que la cámara de Manolo lanzaba unos destellos que activaban nuestro lado más oscuro y salvaje, parafraseando a Lou Reed. Podíamos estar hablando de libros, discos… y en cuanto nos enfocaba la cámara, nos transformábamos en algo que distaba sobremanera de unas hermanitas de la caridad. Por suerte, aunque algo hortera, el vídeo tiene música y no sonido. Bastante fue que la pobre Carol tuviera que padecernos.

 

En Aras de los Olmos nos juntamos todos de nuevo (los que salimos desde Tuéjar), para comenzar un nuevo tramo de etapa, con el descenso serpenteante de Losilla de Aras como máximo protagonista, para comenzar más tarde el ascenso al Cerro Calderón, antes de llegar a La Puebla de San Miguel. Me encanta este puerto. Siete kilómetros al 5.7%. ¡No está nada mal! A lo largo de las próximas fechas iré colgando en la web los perfiles. Subí tranquilamente con Alejandro y con Carol. Como la cámara no estaba cerca esta vez, las conversaciones se asemejaron bastante más al programa de Eduard Punset que en los kilómetros anteriores. De todos modos, fue duro tener que reconocerle a Alejandro que, aunque un servidor sea un freaky que no se limita a lo que entendemos por rock’n’roll y escucha música senegalesa, otomana, o hindú en sus ratos libres; el año pasado me pasé gran parte de mi tiempo de rodillo escuchando a Lady Ga Ga. Cada cosa a su tiempo, digo yo… aunque pueda chocar el asunto.

En la cima del Cerro Calderón paramos para degustar esos avituallamientos tan bien ofrecidos por nuestro Manolillo; y para posar en una de esas fotografías que a buen seguro formarán parte de nuestra historia.

Ya en La Puebla de San Miguel, no pude evitar recordar aquellas míticas etapas con mi padre acompañándome desde el coche. Solíamos hacer este mismo recorrido, la primera semana de septiembre. Parábamos en este pueblo a tomar algo, que nunca viene mal. Así pues, el sábado era imposible no recordar aquellos grandes días. Con un poco de suerte, dentro de unas semanas se repetirán, cambiando de lugar, en Carpentras y Bourg d’Oisans para más señas.

Antes de Mas del Olmo, decidí destapar el tarro de las esencias por un ratito. ¡Sería cuestión de comenzar a sudar! Verme cerca de Pedro , Vicente Silvestre y Fernando II me dio mucha moral. Parece que no voy nada mal cuando quiero. Pero bueno, ya se sabe, el tarro se saca un ratito, y se cierra poco más tarde, para tener esencias que degustar en las fechas señaladas en el calendario.

En la subida de Mas del Olmo no pude evitar acordarme de los tiempos en que Moiso y yo luchábamos por la Montaña; llegando a bajarnos de la bici para recoger un bidón que se le había caído a David, para volver a alcanzarle y devolvérselo, en compañía de Rober, quien está ahora haciendo el Camino de Santiago en bici. Otra manera de preparar el viaje a los Alpes, ¡sí señor!

Tras un larguísimo descenso, nos juntamos en Casa Domingo, ya en Ademuz, con el sector de maduritos. Se debieron frotar las manos en el restaurante con tanto ciclista. Lo mejor fue ver a Javi subido a una silla invitándonos a que miráramos el pajarito ante la sorpresa de la camarera.

 

Después de la conveniente degustación, salimos rumbo a Tuéjar, esta vez por Santa Cruz de Moya. Tras unos kilómetros en los que rodábamos totalmente agrupados, decidí hacer la segunda prueba del día en Las Emes. Acabé muy contento. No sé si mejor o peor que hace diez años, pero las sensaciones fueron realmente buenas. Llegamos juntos Diego y yo a la cima. Esta vez, habíamos apretado tanto que no estábamos para hablar demasiado. Se trata de un puerto corto, con una sucesión preciosa curvas de herradura y unas pendientes que no dejan lugar a la relajación.

En Santa Cruz de Moya nos volvimos a reagrupar, y asistimos a la que a buen seguro será la foto del año. No sólo en la Fórmula 1 o en Moto GP tienen a las mejores azafatas. ¿Alguien da más?

 

El paso por el puente sobre el río Turia bien merecía que nos detuviéramos. Es una de las postales más bellas que podemos presenciar sobre la bicicleta cerca de Valencia. Las montañas forman un cañón majestuoso, bañado por el río Turia. Desde las alturas, todo se ve mucho mejor. En cualquier caso, si mirábamos hacia arriba, también veíamos otra cosa interesante: el último puerto de entidad de la jornada.

En esta ocasión, subimos juntitos, como amigos, los de casi siempre. En Aras de los Olmos nos despedimos del Grupo B, y continuamos nuestro camino hacia la Montalbana, para realizar la última parada del día.

El descenso fue lo mejor. ¡Ya todo estaba hecho! Sólo quedaba disfrutar, y tratar de evitar que Juanito se perdiera y siguiera hacia Chelva. No habría sido de extrañar. Carol acabó tan contenta, y no era para menos, que va a ser la primera valiente que me acompañe en la Subida al Veleta. Faltan poco más de tres semanas para ello.

Poco más puedo decir, salvo dar la enhorabuena a quienes participaron. Juntos vivimos otra etapa para el recuerdo, en armonía y sin ningún percance. Esta fecha, al igual que la de la excursión de Alcoy del 20 de abril, se escribirá con letras de oro en el resumen del año 2012.


Última actualización 15/06/2012 15:27:25


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